No dejar de lado una buena revisión y mantenimiento del vehículo es sinónimo de tener todas sus piezas al día. Entre tantas, saber cuándo cambiar la correa de distribución es clave porque, al deteriorarse, puede ocasionar daños severos. Si todavía eres principiante en el tema y no sabes siquiera cada cuántos kilómetros aguanta, hoy despejarás todas tus dudas de nuestra mano.
¿Qué función tiene la correa de distribución?
La correa de distribución es un elemento simple, pero sumamente trascendental para el desempeño intrínseco del vehículo. Técnicamente hablando, coordina todo el movimiento de distribución entre el cigüeñal, el árbol de levas y las válvulas que conectan con los pistones.
Como bien es sabido, las válvulas se abren y se cierran para despejar la presión o dejar fluir el mecanismo de combustible hacia los pistones. Si están descoordinadas por un fallo en la correa de distribución, entonces se doblarán y harán que los pistones choquen entre sí.
En otras palabras, la correa de distribución es la quien da la orden para que todo ese mecanismo se ejecute. En retrospectiva, es quien canaliza la orden para que el motor se ponga en marcha y la distribuye hacia las partes involucradas.
¿Cuándo se debe cambiar la correa de distribución?
Ahora que entiendes su relevancia, debes anticiparte a su posible avería, llevando a tu vehículo a un control y revisión periódica. A través de buenos hábitos de mantenimiento y conservación, no tendrás que padecer la rotura de este implemento y sufrir daños casi irreparables en el motor.
Esencialmente, la correa de distribución debe cambiarse según las especificaciones del carro y la marca. Aun así, es posible encontrar un consenso que determina un cambio o reemplazo oportuno cada 65.000 km o los primeros 130.000 km recorridos.
No obstante, es un valor de referencia que varía de acuerdo a la actividad que realices con tu auto y las zonas por donde te movilices. A partir de ello, se obtienen dos resultados diferentes:
- Si te mueves en una zona urbana con numerosas intersecciones y semáforos, la vida útil de recambio disminuirá hasta un 20%. Este hecho se sustenta en que, cada minuto que pasas parado por el tráfico o por la luz de cruce, la cadena igualmente continúa funcionando.
- Por su parte, si conduces en zonas menos transitadas y autopistas abiertas, la cadena no sufrirá demasiadas modificaciones. Básicamente, le sacarás el máximo provecho porque el auto siempre estará en marcha.
¿Qué pasa si la correa se rompe?
Entendiendo que la correa de distribución es vital para el funcionamiento de motor, más o menos puedes imaginarte qué sucede si se rompe. Pero, si no tienes ni idea, entonces pasa lo siguiente:
- Pérdida de sincronía entre los elementos principales del motor: válvulas y pistones.
- Doblado de válvulas, lo que impide un arranque o movimiento completo del motor.
- El vehículo no podrá ser puesto en marcha y, si lo fuerzas, la avería o el daño puede resultar mayor.
Cuando la rotura de la correa de distribución no se corrige, las consecuencias pueden conllevar a un deterioro total del motor. Por tanto, préstale mucha atención.
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